El Tesoro de Tomás
Érase una vez en el tranquilo pueblo de Villa Esperanza, vivía un niño llamado Tomás. Tomás era curioso y siempre estaba buscando tesoros escondidos. Un día, mientras exploraba el bosque, encontró una misteriosa caja brillante.
Tomás abrió la caja con emoción y encontró monedas de oro brillantes. ¡Era un tesoro de verdad! Tomás decidió llevar las monedas a su abuela, quien siempre le enseñaba cosas sabias.
"Abuela, ¿qué debería hacer con este tesoro?" preguntó Tomás.
La abuela sonrió y le dijo: "Tomás, este tesoro es especial. Es una oportunidad para aprender sobre el valor del ahorro. Puedes guardar una parte y usar la otra para cosas que realmente necesites".
Tomás pensó en lo que dijo su abuela y decidió seguir su consejo. Guardó la mitad del tesoro en una caja fuerte y con la otra mitad compró semillas para plantar un hermoso jardín en su pueblo.
Con el tiempo, el jardín creció y se convirtió en un lugar donde todos en Villa Esperanza podían venir a disfrutar. La gente admiraba la sabiduría de Tomás y su capacidad para cuidar de su tesoro.
Un día, un niño llamado Miguel vino a visitar el jardín y le preguntó a Tomás: "¿Cómo lograste hacer esto?"
Tomás le explicó sobre el tesoro y la importancia del ahorro. Juntos, Tomás y Miguel empezaron a ahorrar pequeñas monedas cada semana en una caja especial.
Con el tiempo, su pequeño tesoro creció y pudieron construir un parque lleno de columpios, toboganes y juegos para todos los niños del pueblo.
Así, Tomás y Miguel aprendieron el valor del ahorro y cómo compartir con los demás. Siempre recordaron el día en que encontraron el tesoro y cómo eso les enseñó a hacer cosas maravillosas juntos. Y en Villa Esperanza, siempre se les recordará como los niños que convirtieron un tesoro en sonrisas para todos.
Moraleja: El ahorro y la generosidad pueden convertir un pequeño tesoro en algo maravilloso para compartir con los demás.